En el umbral del nuevo año,
con esperanza en el corazón,
se teje un poema de sueños,
donde hallamos nuestra razón.
Hospitalidad como abrazo sincero,
un lazo entre almas, un gesto ligero.
Abramos puertas, de par en par,
donde la bienvenida sea un dulce altar.
La calidad, como joya preciosa,
en cada acto y esfuerzo, nos reconforta.
En el trabajo diario, en cada intención,
cultivamos virtudes, construimos unión.
Respeto como la brisa, suave y constante,
que acaricia las diferencias, creando un instante.
En el diálogo de ideas, en la diversidad,
hallamos la riqueza de nuestra humanidad.
Responsabilidad, faro que nos guía,
en el actuar consciente, cada día.
Cuidemos la tierra, nuestro hogar común,
dejemos un legado, un jardín de comunión.
En la espiritualidad encontramos luz,
un faro que guía, esperanza que seduce.
Que el alma se eleve, en meditación,
descubriendo la paz, fuente de elevación.
Que el 2024 sea un poema tejido con amor,
donde hospitalidad y espiritualidad,
calidad, respeto y responsabilidad,
sean hilos que tejan nuestra hermandad.
Que en cada verso encuentres motivación,
Ilusión que inspire, provocando transformación.
Que este nuevo año, como hojas en blanco,
sea el lienzo donde pintemos nuestro encanto.